Caldo sulfocálcico

Materiales 100 g de azufre en polvo. 50 g de cal viva en polvo (Hidróxido de calcio). 1 litro de agua. Modo de Preparación Coloque una olla metálica con el agua sobre el fuego. Cuando hierva agregue el azufre y la cal. Revuelva constantemente durante dos horas hasta que la mezcla se vuelva color vino tinto o color ladrillo, en ese momento el caldo está listo. Complete el agua evaporada hasta reponer el litro inicial. Algunas personas adicionan cenizas de madera al caldo cuando está frío lo cual mejora las propiedades del mismo. Modo de Empleo Diluya 25 ml del caldo sulfocálcico preparado en un litro de agua para el control de plagas en hortalizas (trips, mosca blanca, ácaros). Diluya 100 ml del caldo sulfocálcico en un litro de agua para el control de áfidos, araña roja y enfermedades fungosas causadas por el hongo Phythophthora en frutales. Diluya 15 ml del caldo sulfocálcico en un litro de agua como fertilizante foliar, aporta azufre y calcio al cultivo, si se le añadió las cenizas al caldo sulfocálcico aporta adicionalmente potasio y silicio. No debe aplicarse a leguminosas cuando estén en estado de floración. Ni debe aplicarse a las plantas de la familia de las Cucurbitaceas (Calabacín, pepino, melón, auyama y sandía).

Extracto de Neem

Materiales 150 gramos de hojas frescas de Neem o 50 gramos de hojas secas. Agua la necesaria. Modo de Preparación Trocearemos las hojas y las pondremos en un litro de agua tibia tapamos parcialmente y dejamos reposar en lugar oscuro, bien ventilado y fresco. Dejamos macerar de 12 a 18 horas. Después filtramos y por cada litro de macerado añadimos dos litros de agua. Aplica rociando esta solución a última hora de la tarde las plantas afectadas o en las que quieras prevenir plagas y enfermedades. Aplica durante 7 días seguidos y luego deja 3 semanas “de descanso” antes de volver a aplicar. Otra Opción Otra opción al macerado del Neem es el aceite. Lleva más tiempo de hacer que el macerado. Materiales 250 gramos de semillas de Neem. Agua, la necesaria. Modo de Preparación En un mortero machaca ligeramente las semillas del Neem. Retira las que veas que no están en buen estado. Desde una altura de metro y medio o superior, ve echando las semillas machacadas a un cubo para que las partes más ligeras que no necesitamos vuelen, sólo queremos la parte central de la semilla. Vuelve a echar las semillas seleccionadas en el mortero y ve machacando poco a poco. Verás que comienza a crearse una amalgama pegajosa a la que iremos añadiendo pequeñas cantidades de agua según seguimos machacando las semillas. Poco a poco el aceite empieza a salir de éstas. Modo de Empleo Puedes agregarlo a la dilución que realices del jabón potásico.

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