Cinco verduras para cultivar con éxito en un huerto urbano
Aprender a cultivar puede ser, además de muy gratificante, una buena solución para reducir el gasto mensual en verduras y plantas aromáticas.
Las verduras de cercanía hacen las delicias de los paladares más sofisticados, y es que su característico sabor y aroma aporta a cada receta un toque único. Por eso, aprender a cultivar en casa puede traer grandes alegrías a la mesa, y tan solo es necesario conocer las necesidades de cada especie y cuidar que no le falte de nada.
Un huerto urbano para principiantes: ¿qué especies selecciono?
- Lechuga. Durante todo el año y pudiéndola cosechar en menos de tres meses, esta verdura es una de las favoritas de los principiantes en materia de huertos urbanos. Eso sí, para conseguir unas buenas lechugas es importante contar con una tierra nutritiva y con mucha agua (por lo que es necesario comprar humus para enriquecerla) y en zonas poco expuestas al sol.
Receta recomendada: con la llegada de la primavera y el auge de la comida sana en la mesa, una receta ideal para disfrutar de la lechuga casera es con una ensalada césar con pollo braseado. Rápida, barata y deliciosa, además de perfecta para llevar al trabajo.
- Jitomate. Ricos y saludables, los jitomates deben tener un espacio en nuestro huerto urbano. Su cultivo, a poder ser en primavera, se hace en almácigos y en ocho semanas se puede trasplantar a una maceta, en donde, en cuestión de un mes, aparecerán los primeros frutos.
Receta recomendada: para disfrutar de nuestros jitomates con sabor a jitomate qué mejor que un buen un salmorejo fresquito acompañado de huevo duro y jamón serrano; una receta baja en calorías que se vale de productos mediterráneos y que encanta a mayores y pequeños.
- Ajo. Este alimento ayuda a mejorar la salud y también cualquier plato, ya que su aroma y sabor aporta un toque muy especial a las recetas. Para cultivarlo, lo mejor es hacerlo en primavera y sembrarlo en una maceta llena de tierra rica en composta a unos 3 centímetros de la superficie. En cuestión de tres o cuatro meses podremos cosechar nuestros ajos e incorporarlos a la despensa.
Receta recomendada: sofisticada y deliciosa, así es esta receta de tartar de boletus con alubias blancas y ajoblanco. Esta última sopa fría, muy común en el sur de España, se consigue mezclando pan, ajo fresco, almendras y aceite de oliva, y se caracteriza por un sabor suave y amargo.
- Cebollas. Lo bueno de esta planta es que se puede cultivar de invierno a verano y que en cuatro meses se pueden cosechar unas cebollas hermosas y ricas. Es necesario contar para ello con tierras arenosas y con material para cubrir las macetas en caso de que las temperaturas sean bajas.
Receta recomendada: aritos de cebolla o falsos calamares a la romana, un trampantojo delicioso e ideal para acompañar unos sándwiches a la hora de cenar y conseguir llamar la atención de todos los comensales, incluso de los que no siente especial interés por este rico producto.
- Pimiento. Elegir el fin del invierno y hacerlo en almácigos son dos de las claves para conseguir unos pimientos de calidad, y aunque habrá que esperar entre 60 y 100 días para disfrutar de la cosecha, no nos quitarán demasiado tiempo, pues tan solo hay que estar pendiente de trasplantar a la maceta una vez empiecen a brotar.
Receta recomendada: los pimientos, aunque son muy versátiles, están deliciosos asados al horno, pues se aprovecha todo su sabor y también su aporte vitamínico. Para disfrutar de esta receta solo hacen falta unos cuantos pimientos, aceite de oliva y sal.
Aromáticas para cocinar: una apuesta segura
Las plantas aromáticas también son esenciales en la cocina, pues dan sabor y olor a los platos y le aportan el toque final perfecto (siempre que se usen en su justa medida). Además, su cultivo en balcones, terrazas o alféizares es relativamente sencillo, y solo hace falta un poquito de dedicación y cuidado para poder disfrutar de hierbas recién cortadas en nuestras recetas.
Lo mejor, antes de plantar, es tener en cuenta la estacionalidad de cada una y decantarse por aquellas perennes de cuyas hojas podemos disponer prácticamente durante todo el año. El romero, el tomillo y la menta son algunas de las más resistentes, frente al perejil (que solo dura dos años) o la albahaca (que solo dura uno.